Entrevista al Presidente de AMEXGEN

Por el contexto que existía en México, como parte de la escucha de directores se identificó que en ocasiones, el objetivo de los consultores no respondía a la necesidad de las empresas de mejorar su gestión de energía por enfocarse en la venta de algún producto, como calderas o compresores.

Contamos con dos premisas fundamentales, enfocarnos en personas comprometidas 100% hacia la eficiencia energética; y en personas relacionadas con determinadas tecnologías, tratando de dar una respuesta a éstas observaciones de directivos y dueños de empresa ante el conflicto de intereses detectado.

AMEXGEN responde a una necesidad de mayor transparencia en los servicios que ofrecen las consultorías para empresas en México que están buscando tener procesos más eficientes en el uso de energía.

3. ¿Cuáles son los principales retos que han enfrentado?

El reto mayúsculo de la AMEXGEN ha sido explicar al mercado la gran diferencia entre eficiencia energética y energías renovables. La energía renovable es la sustitución de un recurso energético fósil por uno solar, eólico, geotérmico, etc. y la eficiencia energética se basa en cómo producir lo mismo o más con la misma energía. Ambas son sumamente importantes pero son cuestiones totalmente diferentes.

El segundo reto fue crear un espacio propio dentro del ecosistema ya existente de organizaciones vinculadas con empresas desarrolladoras de tecnología u organizaciones de profesionistas en las áreas de ingeniería o del sector de la construcción, que son pioneros en la industria de nuestro país, pero que su enfoque no estaba explícitamente definido como eficiencia energética, entonces crear una organización dentro de este contexto tanto con el mercado como con las instituciones públicas como la SENER, la CONUEE, las Agencias Internacionales de Energía, nos tomó algo de tiempo porque por definición teníamos un principio de no conflicto de intereses y eso en el mercado no existía y tardó un poco en comprenderse pero al día de hoy convivimos muy bien.

4. Este 2021 la AMEXGEN cumple 6 años, ¿qué logros ha alcanzado?

La tarea de la Asociación ha sido en primer lugar, construir alianzas con el sector público. Inicialmente tuvimos una estrecha vinculación con el sector público federal, con la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de Energías (CONUEE) como aliados fundacionales, y en segundo lugar, la construcción de alianzas con organizaciones del sector privado dado que tuvimos un espacio de acompañamiento institucional de la CAMEXA, la vinculación con las Cámaras extranjeras como la Suiza, Francesa, Británica, Italiana y la Eurocámara, hemos participado en varios foros. Otro componente es cómo llegamos a organizaciones nacionales como CANACINTRA, COPARMEX, CANACO, entre otras, donde lo que buscamos es tender puentes y transferir un modelo de gestión de energía para poderles acompañar técnicamente a las organizaciones y empresas para que puedan emprender iniciativas de gestión de energía. Por último tenemos un compromiso en la formación y construcción de expertos de gestión de energía, un acompañamiento en el que podemos compartir las buenas prácticas y experiencias que consideramos puedan ser pertinentes para que los costos y tiempos de implementación hacia empresas y organizaciones sea lo más corto posible y el beneficio de la eficiencia energética sea tangible en empresas de todos los tamaños.

5. En el caso de las Pymes, ¿cuáles son los principales beneficios de implementar estrategias de gestión energética?

En la primera etapa de la AMEXGEN logramos identificar las necesidades y complejidades de las grandes organizaciones. Con el cambio de gobierno hubo un cambio en el enfoque del desarrollo energético del país, nos dimos cuenta de la necesidad de trabajar con gobiernos estatales debido a la cercanía de ellos con empresas medianas y pequeñas y adaptamos las metodologías y enfoques.

Para una Pyme el costo de energía puede significar 30 o 40% de sus costos, a diferencia de una empresa automotriz que puede rondar en un 10%, en cambio, una Pyme que compite en mercados donde el precio es muy significativo, cualquier centésima de mejora en los costos es sumamente relevante y los hace más competitivos, para las pequeñas empresas puede significar el no irse a la quiebra. El hacer ese cambio de metodologías y enfoque en los últimos dos años ha sido de lo más relevante, construir toda una estructura y acompañamiento de procesos que hay que supervisar, vigilar y monitorear se convierte  en un reto mayúsculo para el consultor externo que acompaña. En ese contexto, hace alrededor de 6 años comenzamos a trabajar en un modelo de transferencia tecnológica que plantea ante esa necesidad de constituir grupos de 10 empresas para que un equipo de consultores acompañe el proceso de implementación y las buenas prácticas se compartan lo cual implica que podrían optimizar los costos y la posibilidad de asesoría para poderles ayudar. Hoy estamos haciendo ese proceso de adaptación de esa metodología, derivado de la emergencia sanitaria, las reuniones presenciales ya no son posibles como se planteó inicialmente, hoy sin visitas presenciales estamos reescribiendo las metodologías , porque no es lo mismo hacer una inspección virtual , tenemos que generar un acompañamiento metodológico para las inspecciones virtuales, estamos en ese proceso y nos estamos apoyando en alianzas con gobiernos estatales, estamos seguros que puede ser muy significativo para la reactivación económica.

6. Alguna otra reflexión sobre el panorama de oportunidades para las empresas en México respecto a la implementación de una estrategia de gestión energética.

Durante los primeros años de AMEXGEN logramos identificar que había un componente de formación de recursos humanos muy fuerte, una necesidad de certificación en estándares de competencia y las posibilidades de integrar un componente adicional social muy relevante. Identificamos que además del componente energético-económico, estaba el social-ambiental, fue como en colaboración con el Pacto Mundial y Programas de Desarrollo y Medio Ambiente de Naciones Unidas, nos dimos cuenta que ésta iniciativa con 4 componentes podía contribuir en 8 de los 17 ODS. La iniciativa se llama Gestión Sostenible de la Energía, lo que le transmitimos a los directivos de las empresas es en tener -además de un enfoque de ahorro y uso más eficiente de la energía para que haya una beneficio económico relevante- un enfoque en lo social desde la perspectiva de que haya una construcción de capacidades dentro de la organización, no solo con los que administran la energía perse, y que hacia el exterior, desde la perspectiva de los ODS era posible como estrategia empresaria. La empresa podía aspirar a reportar sus contribuciones en los ODS. En cuanto al componente ambiental, nos dimos cuenta que si incorporábamos las metodologías de reducción de emisiones derivado de las medidas de eficiencia energética por sustitución de equipos o la incorporación de energías renovables, una empresa podía aspirar después de un lapso de 3 años a ser participante de mercados voluntarios de carbono, eso significa que un buen desempeño ambiental pudiera constituir en un buen retorno de recursos económicos a la organización enfocado a reinvertir en mejorar sus capacidades de gestión energética y ambiental desde la capacitación enfocada hacia los integrantes de la organización o a la inversión para la sustitución de tecnologías que fortalecieran su mejoría en su desempeño energético. Lo que inicialmente se planteó como ahorrar kilowatts y pesos finalmente nos dimos cuenta que tenía un potencial más amplio, holístico e integral y que las empresas podían convertirse en factores de cambio con mejores herramientas y capacidades para una reactivación económica con un perfil mucho más sostenible.